viernes, 20 de junio de 2014

SOLUCIONES AL PROBLEMA POR LA RECOMENDACION DE NO LAVAR EL POLLO


Ayer, la Agencia de Normas Alimentarias de Inglaterra lanzó un alerta a la población: pidió que la gente no lave más el pollo crudo antes de cocinarlo, porque esa medida sólo sirve para extender una bacteria peligrosa, que se llama campylobacter y puede provocar desde diarreas hasta la muerte.
La advertencia volvió a encender el alerta sobre los riesgos para la salud de la contaminación alimentaria. Para cuidar la manipulación y la conservación doméstica de los alimentos, la Organización Mundial de la Salud aconseja cinco pasos a seguir para procesar bien el pollo, como todos los otros alimentos:  
  1. Mantenga las manos limpias: lavarse las manos antes y con frecuencia durante la preparación de la comida, y después de ir al baño, desinfectar las superficies y utensillos usados, y proteger y aislar los alimentos y la zona de cocina de insectos, mascotas y otros animales. 

  2. Use agua y materias primas seguras: utilizar agua de red tratada, seleccionar alimentos sanos y frescos, elegir alimentos ya procesados, como la leche pasteurizada, lavar las frutas y hortalizas, sobre todo si se comen crudas, y nunca usar alimentos pasada su fecha de vencimiento. 

  3. Separar lo crudo de lo cocido: Los alimentos crudos, en especial la carne, el pollo, los huevos y el pescado, nunca deben entrar en contacto con los cocinados o listos para comer, conviene usar recipientes, cuchillos y tabla de cortar diferentes para evitar que las carnes y otros alimentos crudos contaminen a los cocidos. 

  4. Cocine completamente: cocine completamente los alimentos, especialmente la carne, pollo, los huevos y el pescado, hacer hervir los guisos y la sopas, y recalentar muy bien la comida cocinada. 

  5. Mantener los alimentosa la temperatira correcta: no dejar los alimentos cocidos a temperatura ambiente por más de dos horas, hay que refrigerar la comida lo antes posible a 5°C o menos, la comida caliente debe mantenerse a 60°C o más, no descongelar alimentos a temperatura ambiente, no guardar mucho tiempo la comida, aunque sea en la heladera, y no guardar la comida lista para comer de los niños.