lunes, 25 de enero de 2016

La dinámica de la vergüenza, Patrick Carnes

La vergüenza emerge de la adicción. La vergüenza causa adicción. De cualquier manera en que la vergüenza este fluyendo, ya sea consecuencia o causa, descansa sobre una suposición personal clave: De alguna manera no estoy llenando las expectativas. Esta creencia comienza temprano en la vida. La adicción profundiza la convicción.
Al mismo tiempo nuestro entendimiento de la adicción ha crecido, de igual manera, ha crecido nuestro entendimiento de la vergüenza y de la personalidad basada en la vergüenza. De hecho, el conocimiento ampliado de la adicción ha sido uno de los factores principales en nuestra completa apreciación que el papel de la vergüenza tiene sobre la vida de las personas.

La razón es simple. Las personas basadas en vergüenza son particularmente vulnerables a la adicción y a la co-dependencia. El sexo puede ser una de las más grandes fuentes de vergüenza que alguien puede tener. La adicción sexual y la vergüenza sexual están entretejidas en los niveles más fundamentales.
El gran psicólogo Erik Erikson definió varias etapas del desarrollo por la cual todos pasamos. El describió cada etapa como una serie de tareas que la persona ya sea las trabaja o no. Por ejemplo, la primera etapa es “confiar vs. desconfiar”. Los niños en el primer año de su vida necesitan decidir que sus padres son dignos de confiar.

La desconfianza en este etapa puede atormentar a la persona el resto de su vida. La segunda etapa, igualmente significativa, viene en los próximos dos años de vida, cuando el niño enfrenta el conflicto de “autonomía vs. vergüenza”. Básicamente, los niños necesitan un sentido de dominio o competencia. Ellos necesitan ser afirmados de que pueden hacer cosas por si mismos. Ellos reciben esa afirmación de las personas que velan por ellos, y que les aseguran las cosas sencillas que hacen. Si los niños tienen éxito en desarrollar este sentido, ellos están en camino a la independencia o autonomía. Si no tienen éxito, ellos van a ser afligidos por una duda de si mismos y serán vulnerables a problemas de dependencia.
El problema de dependencia más grande, por supuesto, es la adicción. Las personas que son adictas buscan algo en que depender. Y una cosa sobre las drogas, el sexo, la comida y la excitación, es que siempre cumplen lo que prometen. Puedes depender en ellos. Con ellos, la persona aprende a sentirse bien y competente. Pero sin ellos, la persona se siente vacía y derrotada.
El niño basado en vergüenza hace la pregunta, “Por qué otros niños que conozco saben el alfabeto (sustituya cualquier otra tarea) y son aceptados, pero yo no?”. La pregunta es repetida por el adulto adicto que pregunta, “Por qué otros pueden beber apropiadamente (sustituya por comer, tener sexo, trabajar, etc) y yo no?”. Para los adictos, la falta de éxito desgasta aun mas cualquier base de confianza que alguna vez pudieron tener. Y cuando la falta de control es vista por los demás, ellos se sienten más “avergonzados”.
Todo esto comienza en el ambiente de familia. Los padres necesitan ser alentadores, solidarios y realistas sobre lo que el niño puede hacer. Ellos también necesitan afirmar estándares que respetan la vida interna del niño.
John Bradshaw, una de las voces pioneras en adicción y vida familiar, dice este punto clave: “El estar atado a la vergüenza, significa que cuando sientes cualquier sentimiento, cualquier necesidad, o cualquier deseo, te sientes inmediatamente avergonzado”. En otras palabras, si cuando niño como parte de ejercer dominio en tu pequeño mundo, se te dijo que no se aceptaba el tener sentimientos, o necesidades, ni deseos -especialmente deseos sexuales- se te destinó a ser vergonzoso.

Los padres dan a sus hijos regalos significativos, cuando aceptan su vida emocional y les ayudan a satisfacer sus necesidades y regular sus apetitos, a través de pautas afirmadoras y expectativas razonables.
Si eres padre o madre, presta atención a la manera en que afirmas a tu hijo en desarrollo. Ayuda a prepararlo para el éxito y no para la vergüenza.
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Tomado de “No Lo Llames Amor”
Por el  Dr. Patrick Carnes
www.laarboleda.com
“Una Comunidad Para Una Sexualidad Sana”.

Fte: http://www.serafincontreras.com/la-dinamica-de-la-verguenza.html