¿Es España un país para autónomos? Según algunos expertos más de lo que parece.
Cuando se habla de los autónomos y su relación con el mundo financiero se hace referencia a un perfil de solicitante que, tradicionalmente, ha sido repudiado en muchas ocasiones por las entidades bancarias tradicionales. El hecho de no obtener unos ingresos procedentes de una nómina y tener una retribución, en general, más irregular, ha provocado numerosas negativas cuando este perfil de trabajador ha pedido financiación a los bancos.
No obstante, la crisis y el contexto que se dio con ella generó un vuelco en el panorama financiero español y surgieron prestamistas privados para ocupar nichos de mercado que la banca no atendía. Con un producto rápido, cómodo y, sobre todo, flexible en sus requisitos, empresas de créditos online se han hecho un hueco en el mercado y han obligado a los bancos a adaptarse al nuevo mundo financiero. Gracias a este nuevo panorama, en el que se concede más y con una mayor variedad de productos y de prestamistas, los autónomos tienen a acceso a un sector que antes solía estar vetado para muchos de ellos.
La oferta de préstamos para autónomos ha crecido en los últimos años
Hoy en día, el abanico de opciones que tiene un autónomo para solicitar financiación para su negocio es mucho más amplio que antaño gracias al desarrollo que se ha dado en el mundo financiero. Ya sea a través de entidades bancarias tradicionales o con prestamistas privados, es posible encontrar préstamos con importes interesantes que pueden ir hasta los 100.000 € con alguna entidad.
Estos créditos destinados a alguna finalidad empresarial suelen tener un importe mucho más elevado que el de los préstamos personales y, por ese motivo, si se solicita un crédito para pymes o para autónomos, el interés será menor y el plazo más amplio, en torno a los 15 años. Lo que sí se debe saber es que para obtener estos créditos destinados a los negocios habrá que cumplir con los requisitos que exija cada prestamista. En la misma línea, también hay varios factores que pueden definir las características del préstamo:
* Como condición indispensable, los prestamistas exigirán que el negocio esté registrado en España.
* El nivel de facturación influirá en la concesión de un importe más o menos elevado.
* La antigüedad del negocio también será un factor que tendrán en cuenta los prestamistas, ya que cuanta más antigüedad, suele haber una mayor solvencia.
Los autónomos también pueden recurrir a préstamos personales
A su vez, los trabajadores por cuenta propia también tienen la opción de solicitar préstamos personales que no tienen una finalidad concreta. Es decir, los autónomos también pueden recurrir a muchos prestamistas privados y a algunos bancos convencionales para conseguir financiación destinada a cuestiones personales y no de su negocio. La mayoría de empresas privadas, más flexibles en sus requisitos, conceden minicréditos sin nómina, aunque sí es posible que algún prestamista en concreto rechace la solicitud de los autónomos y solo otorgue liquidez a pensionistas o a personas que reciben un subsidio. Esta vía de financiación ha hecho que los bancos se sumen al carro y hoy en día se pueden encontrar varias ofertas de préstamos personales bancarios a los que puede acceder un autónomo.
El mundo online también es lugar para autónomos
El sector de las finanzas no ha sido ajeno a la revolución tecnológica que se ha producido en estos últimos tiempos y los prestamistas privados se han adaptado perfectamente a este contexto. Progresivamente, las entidades bancarias empiezan a utilizar Internet para comercializar préstamos personales y créditos para empresas de forma online pero aún falta camino por recorrer.
Sin embargo, la mayor revolución en el mundo del fintech (concepto que nace de la unión entre finanzas y tecnología) ha sido la aparición de nuevas vías para obtener financiación. Un buen ejemplo que pueden utilizar los autónomos es el crowdlending, que consiste en plataformas en Internet que ponen en contacto a inversores y particulares que buscan financiación, con unas condiciones muy laxas y con un interés bastante competitivo.